Oskar es un chico de dieciséis años que durante el
verano toca en una banda de rock con su hermano mayor Jeremy. Durante unas
campañas de captación del ejército, Jeremy y algunos antiguos compañeros en las
mismas circunstancias se alistan con la idea de formarse para un buen trabajo:
construir puentes. Jeremy resulta ser un gran tirador y es enviado a combatir a
la guerra.
Los padres no aprueban la incorporación de su hijo
al ejército y, entre tanto, Oskar se concierte en el confesor de los horrores
que vive su hermano en el campo de batalla.
En medio de momentos familiares difíciles, entre
los cuales se descubre el verdadero pasado de su padre, Jeremy se verá obligado
a crecer para finalmente decidir su propio destino.
Este libro lo conocí gracias a un club de lectura
que hicimos en mi instituto, nos dieron a elegir una lista de varios y
finalmente elegimos este, fue el que más nos llamó. No esperaba nada especial
del libro, tampoco me ha fascinado pero digamos que ha estado por encima de mis
expectativas (me enganche a leerlo).
Esta novela me ha gustado por su realismo, expresa
lo dura que es la vida de un militar enviado a la guerra, y el sufrimiento y
las represalias que eso tiene en sus familias y gente más cercana a ellos. Estoy
seguro de que a muchas personas se les quitarían las ganas de alistarse en el ejército.
También toca muchos otros temas como el amor, la
música, el instituto, la duda, etc. En resumen es bastante completo en este
sentido.
Lo único malo que le puedo encontrar es que a veces
puede entristecerte un poco, aunque en algunos puntos confieso que he llegado a
reírme.
En definitiva es un buen libro que se lo recomiendo
a todas las personas que no tengan ninguna lectura, estoy convencido de que no
les defraudará.
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